domingo, 12 de abril de 2009

Hijos que trabajan


Todos los padres queremos lo mejor para nuestros hijos pero a veces se puede caer en el error de hacerles creer que la vida es demasiado fácil. Por eso es válido que cotidianamente aprecien el valor de lo que tienen y en especial este ejercicio se puede reforzar cuando ellos llegan a la etapa laboral. En mi caso comencé a trabajar formalmente a los 18 años mientras empezaba el primer año de la facultad. Además no me inicié como gerente de una multinacional sino con mi padre en el taller y después como operario de la línea de montaje de una empresa automotriz. Esta historia uno la puede contar una y mil veces adelante de los chicos pero lo ideal es que la vivan y no que se las cuenten.

Con mi esposa decidimos que mientras nuestra hija estuviera en la facultad ibamos a tratar de que no tuviera la necesidad de trabajar a no ser que ella estuviera particularmente interesada en hacerlo. Recién en el último año de sus estudios de psicología comenzó a trabajar "ad honorem" una vez por semana en el Hospital Neuropsiquiátrico Borda.

Quedaba claro que una vez recibida se acababa el encanto y tendría que empezar a ganarse su propio dinero y debería hacerlo por sus propios méritos "haciéndose de abajo". Eso ocurrió hace 8 meses y, como suele suceder, se le hizo muy difícil conseguir su primer trabajo. Pasaban los días y las entrevistas pero nada se concretaba. De comenzar buscando trabajo como psicóloga bajó sus pretensiones a lo que fuera...secretaria, recepcionista o cualquier otro trabajo honesto que le permitiera ganarse la vida.

Como suele suceder en estos casos aparecieron dos oportunidades al mismo tiempo y las tomó a las dos. Por un lado haciendo guardias nocturnas en un neuropsiquiátrico privado que le permitió darse cuenta que los dos años que estuvo en el Borda habían sido un fantástico áprendizaje. Según sus propias palabras "el Borda es como el infierno y este nuevo lugar el paraiso".

Por otro lado consiguió un trabajo temporario en una exposición cortando entradas. Aparentemente esto no le aportaría nada de experiencia para su curriculum, sin embargo, a mi entender, le dió una lección de vida que seguramente no se la va a olvidar. Desde el primer momento pudo ver que no siempre la gente que más plata tiene es la más solidaria aunque se esfuerce en simular serlo haciendo acciones de caridad...con el dinero de otros. Sintió en carne propia lo que es trabajar al sol sin que te den agua, hablar sin que te miren, dar información sin que te escuchen. En pocas palabras, y sin temor a generalizar, conoció a los "nuevos ricos" o "piojos resucitados" que creen que pueden comprar todo con plata o que con su arrogancia y malaeducación pueden llevarse al mundo por delante. En contrapartida, pudo sentir lo que es la ayuda de gente que está en la misma situación que ella o tener una jefa "gamba" que te venga a cubrir sabiendo que llevas muchas horas sin dormir.

Bienvenida a una nueva etapa de la vida. Entraste por la mejor puerta, la chica, que es un buen comienzo para aprender y poder retirarse después de muchos años lléndose por la puerta grande.