viernes, 6 de febrero de 2009

El perro del hortelano



En casa, como en tantas otras, lo que se ve en la tele generalmente es materia de discusión. No importa cuantos televisores haya en el hogar, en algún momento la familia confluye en la mesa y ahí comienzan las broncas. Muchas veces pasa que los partidos de la Copa Libertadores se juegan los miércoles y justo a la hora de la cena. Otras veces pasa que hay quienes quieren ver el noticiero por algo importante que sucedió en el día o por el simple hecho de estar informado. No importa lo que pase, siempre será materia de discusión. Sobre todo cuando los chicos ya no son tan chicos, de edades diferentes y sexos opuestos. Están cada uno en la suya y es difícil hacerlos coincidir en algo.
"Pa, no podemos ver otra cosa que no sea el noticiero?, son todas pálidas"; "Futbol??, no estuviste en todo el día y llegas para ponerte a ver futbol??!!"; "Deportes no, eh!!, pongamos a Susana que nos gusta a todos" (quien te dijo que a mi me gusta ver a la hueca esa!!!).
Luego de todas esas protestas y con el afán de no discutir más, uno cede el control remoto y se resigna a ver lo que la familia quiera. Ese es el preciso momento en el que crece la indignación porque el más chico juega con el perro mientras come y madre e hija conversan sin prestarle atención a la "caja boba". Uno espera un minuto, dos y después pregunta..."¿Para que me hicieron cambiar de canal si nadie mira la tele?". La respuesta jaqueadora no se hace esperar: "Bueno, entonces apagala así conversamos que es mucho mejor", te suelta tu esposa... y contra eso no tenés mucha defensa.
Es cierto, la mesa familiar es más afín a la conversación que a la distracción intrascendente de la televisión....pero que lindo es estar distendido frente a la tele sin tener que concentrarse en nada!!

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