lunes, 16 de febrero de 2009

Divorcios tempranos


El domingo leí un artículo en la revista Viva que hablaba de la cantidad de divorcios que se están produciendo en los últimos años. Es llamativo que en algunas ciudades argentinas el año pasado haya habido casi el doble de divorcios que de casamientos y que dichas rupturas se den cada vez más temprano en la relación ya dejando en ridículo aquello de la comezón del séptimo año.

El tema es recurrente pero el punto de inflexión de esta problemática parece estar en la mayor independencia de la mujer que busca un mejor desarrollo educacional y laboral sin perder de vista lo que natura les impide delegar que es la maternidad, amamantar y tantas otras cosas que tampoco escapan de los sentimientos.

La mujer parece estar en la busqueda de una pareja en el sentido literal de la palabra, alguien que esté a la par, ni arriba ni abajo sinó codo a codo y la mayoría de los hombres no puede ni quiere tomar ese rol. El claro ejemplo de esta demanda la reflejaba uno de los entrevistados que decía que estamos en la era de las mujeres "Nome"....no me querés, no me ayudás, no me entendés, no me...., en cambio el susodicho sostenía que el hombre tenía un solo "Nome". No me rompas más las pelotas!!. Se puede estar de acuerdo o no con esta teoría pero la realidad indica que cada día hay más planteos que terminan en rupturas de parejas.

La independencia económica de la mujer y la certeza de no depender intelectualmente del hombre hace que ellas ya no tengan que "soportar" lo que hace algunas décadas debían sobrellevar con hidalguía. Por otro lado, el receptor de estos cambios, es decir el hombre, parece no estar tan preparado aún para asumirlos y en cuanto se ve solo tiende a ir más rápido que la mujer detrás de otra relación formal. ¿Será que no servimos para estar solos?.

En mi opinión estamos viviendo un período de reacomodamiento social en lo que a hombres y mujeres se refiere. Seguramente en unas décadas se volverá a alcanzar un equilibrio precario en esta materia. Lo que se ha roto es esa división de obligaciones, unas naturales y otras convencionales, que decían que mientras la mujer se embarazaba, paría, amamantaba y criaba a sus hijos (obligación natural ya que el hombre no puede hacerlo, salvo en ayudar con la crianza) el hombre respondía con traer el alimento y el dinero para las necesidades hogareñas (obligaciones convenidas socialmente). La mujer puede trabajar y mantener un hogar. El hombre jamás podrá embarazarse o parir. Parece una ventaja para la mujer, pero el hecho de alterar las convenciones sociales puede también traerle muchos dolores de cabeza no solo a la mujer sino a la sociedad en su conjunto.

Opinan lo mismo?

2 comentarios:

  1. Opino que todo esta por verse.
    Ya el hombre se embaraza, y es una rareza, pero hay un caso de un hombre que lleva su segundo embarazo...
    Las Mujeres sufrimos con cualquier nome, pero los hombres después sufren con cualquier nome de las mujeres...no quieren perder jamás.

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  2. Gracias por tu comentario!!....aunque lo encuentro un poco ambiguo.

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